Montenegro y su patrimonio cultural para el turismo.

Roberto Restrepo Ramírez - Miembro de la Academia de Historia del Quindio. Publicado en el Diario La Crónica del Quindío el 24 de abril de 2016
Se le ha llamado “Asiento de la cultura cafetera”. El Parque del Café se encuentra en su jurisdicción. Su territorio aporta bastante a la producción agrícola y es el único casco urbano del Quindío que se encuentra dentro del área principal del Paisaje Cultural Cafetero, bien colombiano que está incluido en la Lista de Patrimonio Mundial.
Montenegro y su patrimonio cultural para el turismo
Parque y pueblo
Estos determinantes podrían mostrar a Montenegro (Quindío) como el municipio de mayor representatividad en el escenario del turismo, pero no ocurre ello por varias razones: su apelativo ya se ha desdibujado y hoy se le conoce simplemente como el “Corazón Verde del Quindío”.  El Parque lo ha opacado por completo, como que por su centro y periferia pasan raudos los vehículos hacia el atractivo nacional, sin detenerse los visitantes en el sector urbano o en su parque principal.  Como ocurre en el resto del departamento, se ve más y más el desmantelamiento de la infraestructura (casas de antiguas fincas) cafetera y es evidente la disminución en el proceso del grano.

El verdadero Paisaje Cultural Cafetero

Las administraciones locales nunca entendieron el valor de los atributos del Paisaje Cultural Cafetero, especialmente el que se conoce como Patrimonio Arquitectónico. La muestra es que en los últimos dos años se han demolido varias casas tradicionales.  Lo que se puede traducir como un desconocimiento de ese punto, que Unesco reconoció en 2011 y que corresponde a resaltar una arquitectura vernácula, ayudando a conservar el interés por un turismo cultural e histórico para la sostenibilidad del PCC. Sobre todo, ahora que se evaluará el primer lustro de su inclusión en la Lista, ya que se espera la visita de expertos extranjeros que recorrerán el territorio.
En parte es entendible la preocupación de los diferentes alcaldes que han llegado al primer cargo municipal, cuando tratan de crear estrategias de turismo para asegurar por horas, o en la noche, la permanencia de los vehículos y sus ocupantes en el casco urbano.
En la visualización, el conocimiento y la valoración de lo que se posee en este municipio, se afinca dicho propósito. Montenegro es el que más cuenta con un acervo documental, bibliográfico y tangible de la herencia cultural que constituye eso que se llama el Patrimonio Cultural Material e Inmaterial.

Un recorrido verde

Una demostración clara de la vigencia de tales bienes y expresiones se puede ver en el determinado recorrido que se marca desde la entrada oriental (vía Circasia-La Siria).  Los tramos verdes, planos y ondulados que el turista observa desde el Cementerio Libre de Circasia, y a medida que avanza en el carreteable hacia el Parque del Café, constituye un alivio visual y demuestra la magnificencia del paisaje cafetero que empieza a perfilarse con los primeros cultivos y que se avistan llegando a Montenegro, pasando además por varias fincas que han sido acondicionadas para el turismo.

Tienda con herraduras

En el sector urbano la marca arquitectónica, ya un poco maltrecha en lo físico, hace presencia con las casas de bahareque de una y dos plantas.  Un singular sitio destaca la importancia del Patrimonio Inmaterial. Es la tienda que posee figuras elaboradas de herraduras antiguas, situada frente a la Estación de Bomberos. Enseguida, en el Parque Elías Pérez Sanz, se encuentran vestigios arqueológicos de piedra y se levanta otra casa de madera que sirve como fondo ensoñador, además de mostrar los detalles de su tipología de la Colonización.  En dirección al parque Principal, la calle desemboca en la esquina más histórica, enseguida del Templo San José, donde se levanta la llamada Casa Cadavid.
La olvidada estación ferroviaria

Montenegro es un tesoro ciudadano en todos los órdenes, que se esconde en los dos costados de sus vías urbanas, en el parque principal y en su extremo occidental, vía al Parque del Café. Así lo siguen confirmando sus bienes tangibles y sus historias cotidianas.  La olvidada estación, que data de 1929, es una construcción que recuerda el comienzo de una época de progreso, pues con el tren llegaron aires nuevos y dinamismo comercial, a lo que se unió también la apertura de la vía carreteable con Armenia e instalada en la misma fecha.  Sin embargo, a ese registro histórico también hay que añadirle el compendio de anécdotas que sustentan el espíritu del Patrimonio Inmaterial.  El escritor Luis Emilio Marín, relata en su obra Montenegro, semblanza de tus cien años, el alcance curioso de otro suceso: “En diciembre del mismo año 1929, vemos como ejemplo ecuánime sobre el procedimiento de conductas antisociales, cómo el señor alcalde de entonces, enviaba al Tesorero de la ciudad el siguiente mensaje: “Por Resolución No. 24 de la fecha, le fue impuesta por este Despacho a David Santana una multa por valor de cinco pesos oro, a favor del Tesorero a su cargo por haber hecho un disparo de arma de fuego en una de las calles de la ciudad. Hay firma y sello, el Alcalde Joaquín López Recio.” (Oficina de Publicaciones, Universidad del Quindío, 1999).

Los secretos del parque

El parque Principal, otrora el más bello parque jardín de Colombia, guarda más secretos del tesoro cultural.  La soberbia Casa Cadavid.  La escultura del Cacique Tacurumbí, pero llamado popularmente Cuturrumbí.  El mural del maestro Henry Villada sobre el balsaje del río De La Vieja, en la entrada principal de la alcaldía municipal.  El sitio de encuentro  denominado popularmente El Totumo, pues a la sombra de árboles se han escuchado- y se escucharán por siempre -las fabulosas andanzas de sus  pobladores: las sirenas de don Raimundo Meza, el globo de Pedro Nolasco Guerrero, el evento singular de la Virgen de Montenegro, creado imaginariamente por una fotografía de Salas Villalba, entre otros relatos. Tantas remembranzas que son contadas por escritores montenegrinos en sus obras, como son el docente poeta César Carvajal Henao, la fotógrafa y gestora cultural Noemí Pinto Arias y el director de la serie escrita coleccionable “Cátedra Cultural”, Carlos Aurelio González Restrepo.


Personajes populares

El parque Principal es también el sitio que conserva la memoria de sus personajes populares, sus artistas, escritores y dirigentes políticos. Imposible visitar Montenegro sin recordar en ese espacio tantos nombres de hombres y mujeres que corroboran la autoría de obras literarias, expresiones artísticas y acciones humanas que sobresalen por  uno de los excepcionales valores  de los ciudadanos, el civismo.  En este campo se destaca – lo que haría  punto aparte en la historia  de municipio alguno – una institución llamada  Montenegro Cívico Internacional, creada en Morristown (New Jersey), lo que a la postre se constituye en una de las mayores colonias de colombianos (en este caso montenegrinos) en el exterior. Sus obras y ejecutorias se reflejan en aportes, donaciones y proyectos sociales a través del tiempo.  Pero también en monumentos artísticos como lo es el mural de madera del maestro Orlando Londoño Hidalgo en la Casa de la Cultura Marconi Sánchez Valencia.
Es en este centro cultural donde se encuentra una de las tres joyas de este tesoro patrimonial que es Montenegro. Se trata de una “punta de proyectil”, pequeño objeto arqueológico de piedra de 9.000 años de antigüedad, que se encuentra exhibido en un montaje museográfico reciente.  Es la evidencia física arqueológica más antigua del Quindío.  Fue hallada en una serie de excavaciones en la finca Miramar, vereda El Gigante, junto con otros artefactos tallados de la época de cazadores y recolectores.  Tan pequeña, pero significativa pieza, desconocida en el contexto local, hace más que justificable la visita turística y educativa a este lugar, no sólo desde el interés de los montenegrinos, sino de todos los habitantes del Quindío.

Cementerio Libre

La segunda joya es de carácter histórico arquitectónico: el cementerio Libre de Montenegro, ideado y gestado mucho antes que el de Circasia, pues el concejo municipal aprobó en 1924 la compra de un lote con destino a la construcción de un cementerio laico.  Aunque sólo en 1934 se nombró la junta administradora y fue inaugurado, hoy solo existe una fachada descuidada, con unos panteones funerarios semi demolidos o descuidados aunque eso no impide que tenga que ser refaccionado en su aspecto exterior y se convierta en un ápice más de una Cátedra de la Montenegridad para el desarrollo pedagógico de la historia con sentido turístico.


Puerto Samaria

Con la tercera joya del Tesoro Cultural de este municipio se resalta el Patrimonio histórico, natural y étnico: se trata del caserío Puerto Samaria, en las riberas del río De La Vieja.  Allí viven familias Embera Chamí, se hace balsaje en guaduas y se recuerda el poema histórico de Juan de Castellanos que dio vida a su nombre, escrito por este cronista español en el siglo XVI:
“Al río que llamaron de La Vieja

Por una con quien dieron de repente Llena de espesas rugas la pelleja Pero con tantas joyas su persona Como si fuera moza fanfarrona”


Con lo anteriormente expuesto, y mucho más, Montenegro demuestra que puede entregar a locales y sus visitantes una verdadera Ruta Patrimonial en la celebración de los 50 años de vida administrativa del Quindío.

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